Privacidad en tiempos del Feis. El chiste se cuenta solo. 

  

Todos lo hemos visto en el muro del primo de un amigo. Algunos hasta en el suyo propio de sí. Hay varias versiones pero todas dicen, palabras más o menos, que las fotografías del gatito gracioso de la mañana (cero likes), sus reflexiones de escusado dignas del filósofo de Güemes, la crónica pictórica de su más reciente noche de copas, noche loca; todo el contenido que publican en sus muros, es propiedad propia suya de su pertenencia y que ni Facebook ni el consorcio intergaláctico de la publicidad dirigida y los memes pueden hacer uso de él. 

Me sangran los ojos. Chillo, también. 

¿Qué les hace pensar a estos recientes talibanes de la privacidad que lo que pongan en su muro obliga a Facebook? Caray, ni que tuvieran el poder de Grayskull. 

Deja te explico para que tu, que seguro no lo has hecho aún, no sucumbas a la tentación de publicar esa tontería y así confirmes la sospecha de tu suegra de que eres un idiota. 

NADA QUE PUBLIQUES EN TU MURO OBLIGA A FACEBOOK.

Ya entrados en gastos, nada que publiques en tu muro importa, ni a Facebook ni a nadie. No, tampoco a los 76 que le dieron like ni a los tres fans que lo comentaron. Ya sé que dirás que a éste texto le aplica lo mismo que acabo de escribir, y tienes razón, pero eso yo siempre lo he sabido.

El caso es que si le das click a He leído y acepto los términos del servicio (mentira más recurrente en la historia de la humanidad, más todavía que Es mi prim@ o que No es lo que te imaginas) y usas el servicio, eso quiere decir, precisamente, que aceptas los términos del servicio y que no los puedes cambiar unilateralmente

La verdad es que la privacidad en tiempos de Facebook no existe. Todos renunciamos a ella con uno o varios clicks. Banca electrónica, click. Foursquare, click. Instagram, click. Gmail, click. iTunes, click. Whattsapp, click. Twitter, click. Click, click, click y por los clicks de los clicks y amen. 

Si no quieres que ni Facebook ni nadie haga uso de tu contenido, aquí te pongo una receta infalible: no lo subas. 

¿Qué festejamos hoy?

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Aquí una lista de lo muy mucho que yo como mexicano tengo por festejar hoy. Verás que le faltan muchas cosas. Sin pena, súmale las tuyas. 

Yo festejo:

Los «buenos días» que entre extraños nos deseamos en las mañanas. 

La tacita de azúcar (o las tortillas o las cervezas) que regalamos a nuestros vecinos. 

Agustín Lara, Caifanes, Cafe Tacvba, Molotov. 

El mole, los chilaquiles, los tacos, los sopes, las flautas, las tlayudas. 

El tequila y el mezcal. 

La educación laica, científica y gratuita. 

La libertad de pensar, decir, escribir o ser lo que te venga en gana. 

El juicio de amparo.

La mano amiga que se tiende lo mismo en la desgracia que en la alegría. 

La cascarita de domingo en la cuadra. 

El café de olla. También el de velorio con piquete. 

Amado Nervo, Octavio Paz, Carlos Fuentes. 

El Palacio de Bellas Artes, el de Correos.  

La Catedral del DF, la de Taxco, las muchas otras. 

La nieve de coco en Acapulco, las jícaras con y sin tepache. 

El Chavo del 8, Pedro Infante, Chabelo. 

Los chistes de Pepito.

La palanqueta de nuez, la de pepita.

Rivera, Tamayo, Siqueiros, Orozco, Khalo, Varo, Cuevas, Corzas, los dos Coronel, Macotela. 

Los albures, los piropos. 

El huapango. 

Los Jarritos y las Chaparritas. 

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Trino, Calderón, Abel Quezada. 

La Bamba. 

Los churros sopeados en chocolate caliente. 

El pan dulce. 

La TV a color. 

Cantinflas, Tintan, Clavillazo.

La lucha libre.

El queso Oaxaca y, Oaxaca. 

El mariachi.

El Chicharito y Checo Perez. 

Las tortas ahogadas.

El chamoy. 

La carne asada, los burros percherones, las tortillas sobaqueras.

Las coyotas.

La tambora, los corridos, la música de banda. 

Las micheladas.

El guacamole, los esquites, los tacos de langosta con frijoles. 

Los cacahuates japoneses.

La charrería. 

El cine de luchadores, el de charros. El del Negro, el de Michel Franco, el de Alazraki. El de Lola la Trailera. 

Teotihuacán, Tulum, Chichen Itzá. 

La quebrada de Acapulco. 

Los hermanos Soler, María Felix, Cri-Cri, las mañanitas.

Las ferias, los palenques. 

El Boing de triangulito que después se aplasta para echar cáscara. 

El frutsi en la rueda de la bici. El carro deslizador Avalancha. 

El Estadio Azteca, la Bombonera, la Monumental, la Arena México. 

En ningún renglón de mi festejo veras la Independencia ni la fecha oficial del calendario. 

 Enlisté algunas de las cosas que festejo como mexicano y que nada tienen que ver con la independencia de México respecto a España, iniciada, si acaso, hace 200 años y que nunca, por el bien de México, acabará por concluir. 

 Sólo Corea del Norte es totalmente independiente y sus ciudadanos son, todos y cada uno de ellos, esclavos. 

 Hay hoy muchas cosas que nos duelen como mexicanos pero nada de ello está peleado con que haya un día al año en el que decidamos celebrar todo aquello que nos une, todo lo bueno que hay en ésta, nuestra tierra y todo lo maravilloso que fluye de ésta, nuestra gente. De todo lo demás nos ocupamos todos los demás días del año. 

 El festejo de la mexicanidad nada quita a la condición de nuestro país, tampoco nos beneficia la falta de festejo que muchos han estado promoviendo. Más bien nos perjudica. 

 Si no tenemos motivos para festejar, para sentirnos orgullosos de vivir aquí y de lo que eso lleva, no tenemos la oportunidad de desarrollar la sensibilidad y el buen corazón que se requiere para tendernos la mano y salir adelante.

Para mi en mi cumpleaños. 

  

Alberto, querido;

Hoy en tu cumpleaños te escribo para decirte lo mucho que te quiero. También para decirte algunas otras cosas que quiero que recuerdes bien si es que Alz Heimer y su primo, Franco de Terioro, empiezan a hacer de las suyas. 

Estás abriendo el año que cierra los 30’s. Hay mucho que celebrar. Música, maestro. Fanfarrias, por favor. ¿Ya? Ok. 

Ahora que se acerca el cuarto piso y los misterios del guante de látex (el que entendió, entendió) vienes cerrando también la crisis adelantada (cataclismo, dirían los enterados) del mid-life. 

La neta es que ha estado divertido. Hasta adoptaste un perro. —Hola, Bolt. 

Los buitres y tu hicieron su reto barba. Si, ese que dejó siscadas a tus hijas al punto de que te dejas de arreglar la barba una semana y ya te preguntan que si otra vez te la vas a dejar larga y te piden que por favor no. Tu mujer ni pío dijo. Es una santa, me cae. 

SOA te tiene con ganas de una moto y sueñas con una Bonneville Triumph pero, ¿para qué le haces al cuento si sabes que no te la vas a comprar?

En éste año que termina te ganó la cosquilla, dejaste de apuntar el dedo hacia afuera y te lanzaste al ruedo de la política. 

Primero con Vamos en Grupo sin saber bien a bien cómo, presentaste tu iniciativa popular. Ora nomas falta que la aprueben los diputados. —¡A ver a qué hora, eh!

De ahí te invitaron a coordinar una campaña y tu, como el Borras, dijiste si. Viste de cerca una elección, la panza de la bestia. Te emocionó y te gustó. También perdiste. 

Otra vez tu señora, ni pío dijo mas que para echarte porras. ¿No te digo que es lo más mejor que te ha pasado en el mundo mundial?

Tus socios también aguantaron vara.  Hoy tu despacho es un sueño hecho realidad. Todos los días vas a trabajar con tu papá y tus mejores amigos. Qué chido partir el pan y la sal con Elias, Eddie, Isaac y Jack. 

Y tu equipo, todos los que hacen la firma, que no se te olviden. El mas chimuelo masca tuercas, escupe fuego y se muere en la línea. 

Entre pairos y derivas, te encontraste el tiempo de terminar Lo Que Mata No Es La Bala. Ojalá que haya alguna editorial a la que le guste la sangre desmedida y no le asuste el sexo rudo y te la publiquen. Ya si, además, las buenas conciencias te hacen el favor de vetarla, más mejor. 

Debes dar gracias de día y de noche que estas rodeado de gente maravillosa que te adora. Suena fácil, no lo es. Hoy en día la gente en general está más sola que nunca. El teléfono en el que te escribo esto se ha convertido en un instrumento que acerca superficialmente a los que están lejos y aleja profundamente a los que están cerca. 

Tu esposa es un ser extraordinario. Aquí entre nos, tiene que serlo para vivir contigo. Es el amor de tu vida y no puedo creer que pudiste vivir 25 años sin ella. Lleva 13 años siendo tu compañera, tu mejor amiga, tu confidente, tu porrista, tu hombro, tu luz, tu guía, tu sol, tu luna, tus estrellas. Te ama incondicionalmente, por tus virtudes, con tus defectos. Ella te va a ti. Tu con ella siempre. La neta todavía no sé ni qué te ve. Suertudote. 

Tus hijas no son todo lo que alguna vez soñaste, no. Tus sueños más guajiros nunca han dado para tanto. Cada día, cada una, te enseña lo que es la vida. Tumbarse a nombrar estrellas, bailar con su sombra al son de la música que llevan por dentro, la certeza de que Dios es mujer, perseguir luciérnagas para dejarlas ir, hacer joyería de hilo y cuentas, dar vida a hadas y sirenas, volar. Apenas unas letras no te alcanzan para decir lo cuanto y lo todo. 

Tu papá sigue siendo tu mejor amigo. Es también tu mentor, tu socio, tu maestro, tu ejemplo. Si, pero mas que nada tu amigo. Está contigo, sano, entero. Su mente sagaz siempre acompañada de esa facilidad y paciencia para explicarte el universo y otros misterios mayores. 

Tu mamá, tu amiga que siempre ha soplado viento bajo tus alas, que te enseño a perseguir las estrellas con los pies en la tierra. Está contigo, sana y entera. Su voz, dulce y cariñosa que te dice siempre lo mucho que te ama. 

Ioset, siempre puesto a tu grito de «¡A la carga mis valientes!» Siempre respondiendo por lo alto «¡Vamos!» y preguntando por lo bajo «¿Adonde, Al?», cabalgando a tu lado sin importar donde sea ese adonde. 

Dan, la primera niña de tus ojos. Sigue, todavía, treinta años más tarde abrazada de tu barzo, esperando a que Gretel aviente a la bruja al horno.   

Tus cuñados, tus suegros, tus concuños, tus sobrinos, tus primos, tus tíos, tu abuela y los abuelos, tíos y primos de tu esposa. La gran familia que es tu familia. 

De tus amigos, ni hablamos. Según FB tienes más de mil, pero tu y yo sabemos que los cuentas con los dedos de las manos. 

Nada mal para ir cerrando los treintas pero, ¿sabes? Lo mejor está por venir. 
Feliz cumpleaños, Al. Te quiero. 

Al. 

PD. Vales chorros, nunca cambies. ;=)

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