Yo acuso a los que creen que el terror es una causa noble, a los que creen que el cobarde homicidio de inocentes es un acto de valentía y honor, a los que dejan que su odio dicte por encima de su corazón.
Yo acuso a los padres, a las madres, a las familias enteras que glorifican a los terroristas como mártires; que enseñan a odiar desde la cuna; que desahogan y vacían en sus hijos sus frustraciones, miedos, prejuicios, rencores.
Yo acuso a los fanáticos, a los fundamentalistas, a los que creen en la suya como la única verdad; a los que creen que esa, su verdad, los legitima para destruir al otro.
Yo acuso a los que se han aprendido todas las plegarias y se han olvidado de Dios.
Yo acuso a los que creen en la razón de la fuerza por encima de la fuerza de la razón.
Yo acuso a los que creen que ser diferente es ser peligroso.
Yo acuso a los que creen saber qué es lo que Dios quiere; más todavía a los que creen que Dios quiere que roben a otros del regalo de vida que el propio Dios les dio; más, mucho más, a los que saben que no es así y a sabiendas manipulan a los que si.
Yo acuso al idiota, quien quiera que haya sido, que comenzó a llamar freedom fighters a los terroristas; a la prensa que repitió y repite ese nombre y glorifica luchas armadas que son por muchas cosas pero ninguna de ellas es por libertad.
Yo acuso a los gobiernos árabes que han mantenido a su gente en la miseria, en la ignominia, en la ignorancia; que alimentan el odio y la frustración de sus masas; que les cierran los caminos al desarrollo; que patrocinan organizaciones terroristas, que les dan asilo y protección; que han puesto a sus clérigos militantes e irresponsables al mando.
Yo acuso a los gobiernos de Europa, particularmente al de Francia, por encubar el huevo de la serpiente; por cobardes; por poner sus intereses económicos por encima de los morales; por dar asilo, armas, dinero y entrenamiento a los terroristas; por creer que mientras mataban judíos no importaba; por hacer tst tst tst cada vez que Israel se defiende o no dicen nada cuando el terror sucede ahí o en Líbano o en Siria o en Libia o en Ruanda o en Somalia o en cualquier otro lugar que no sea el suyo.
Yo acuso al gobierno de Estados Unidos de lo mismo que a los Europeos y peor, de no brindar un apoyo decidido y manifiesto a su aliado más importante en el Medio Oriente; por creer que la forma de apaciguar al lobo es dándole las ovejas de sus aliados, esperando que se vaya satisfecho, a sabiendas de que no, de que regresará por más, por todas.
Yo acuso a los activistas de buró, a los que desde la comodidad de sus smartphones pintan su foto de perfil con los colores del país atacado está semana y la próxima semana aplauden al pendejo de Roger Waters y su campaña de boicot, desinversión y sanciones y llaman a Israel un Estado criminal y discriminador.
Yo me acuso a mi, te acuso a ti, nos acuso a todos de no hacer nada, de ser espectadores pasivos, de no condenar y obligar a nuestro gobierno a que condene a los terroristas, de no enseñar a nuestros hijos a reconocerse a sí mismos en el otro, de no decir una y mil veces que Dios no quiere sacrificios y que si los quiere entonces no es digno de ellos, que la sangre no limpia la fe pero ensucia el alma, que lo importante no es que seamos todos iguales sino diferentes, que el arcoiris tiene siete colores, que la comida tiene cinco sabores que la música tiene siete notas y que son las combinaciones de colores, sabores y notas las que hacen que la vida valga la pena ser vivida.
Yo acuso.
Bravo Beto, claro y fuerte ojalá se escuche
Gracias por leerme primo. Qué bueno que te gustó.
Muy cierto Alberto ,nos quedamos callados y luego nos quejamos ,ojalá que esta situación cambie
Magnifico manifiesto te felicito Alberto y hago mías tus palabras, gracias por poner voz a lo que muchos pensamos y no sabemos expresarlo
Gracias por leerme, Tere. Qué bueno que te gustó.