Diario de Marcha. Día ocho. Llegar a Israel.

הר הבית בידינו

‎Har HaBayit BeYadeinu

El Monte del Templo está en nuestras manos.

—Mordejai Gur

Llegamos a Israel. Llegamos de noche, rayando la mañana. Emprendemos la carrera contra el sol para llegar al Muro al amanecer.

El Monte del Templo está en nuestras manos.”

Esas fueron las palabras del General Mordejai ‘Motta’ Gur cuando informaba por radio que había tomado el Monte del Templo al comando central militar en la Guerra de 1967.

El Monte del Templo está en nuestras manos. El Muro está frente a nosotros.

No creo que haya sido planeado así, pero para mi el simbolismo es fuertísimo.

Salimos de las sombras, de la tiniebla, de los campos, de la muerte y emprendemos el camino hacia la luz, hacia la vida, hacia ese centro de la vida judía que es el Muro hasta para los judíos recalcitrantemente laicos como yo.

Cuando terminó nuestra visita a Majdanek leí para el grupo mi texto Aquí sigo, aquí seguiremos . Lo escribí hace cinco años para conmemorar el día del Holocausto.

Entonces su escritura y ahora su lectura fueron actos de dignidad y desafío.

Dignidad y desafío. Es lo único que de los campos queda en mi corazón. Quedó saturado de tristeza.

—Vámonos. Vámonos a Israel.

Esas fueron las palabras con las que clausuramos la parte polaca de la marcha.

Y nos fuimos.

De Majdanek emprendimos el camino directo al aeropuerto, subimos al avión, volamos a Israel.

Desembarcamos del avión por una escalera a la pista.

Mis pies tocan el suelo y siento un escalofrío que me recorre el cuerpo.

Lihyot am jofshi be’hartzeinu.

Heretz tzion Yerushalaim.

Vencimos al sol, llegamos antes del amanecer pero el día ya viene aclarando.

Los pájaros cantan y nos dan la bienvenida.

El sol se va asomando detrás del Muro, pintando de dorado todo lo que va besando con sus rayos.

Nos reunimos todos frente al Muro y entonamos Shejiyanu.

בָּרוּךְ אַתָּה יְיָ אֱלֹהֵֽינוּ מֶֽלֶךְ הָעוֹלָם שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִּיעָנוּ לזְּמַן הַזֶּה.

Baruch atah Adonai, Eloheinu Melech haolam, shejiyanu, v’kiy’manu, v’higianu laz’man hazeh.

Bendito eres tu Dios, Rey del mundo, que nos has dado vida y nos has dado sustento, y nos has ayudado a llegar a este tiempo.

— Talmud (Berachot 54a, Pesakhim 7b, Sukkah 46a); plegaria Shejiyanu

La última vez que mi papá, mi hermana y yo no estuvimos juntos aquí fue hace 28 años. Hoy nuevamente nos abrazamos frente al Muro.

Heretz. Tzion. Yerushalaim.

Nos separamos. Mi hermana va al lado de las mujeres. Mi papá y yo al de los hombres.

No soy un hombre religioso, soy más bien recalcitrantemente laico. Hay días, casi todos, en los que me cuesta trabajo creer. Hoy no es uno de esos. Hoy me acerco al Muro y, recargado sobre él, rezo: Shema Israel, Adonay Elohenu, Adonay ejad.

Lo digo ahí, lo digo así, no porque ahí está el Muro, sino porque ahí estoy yo.

El estar en el Muro me emociona no porque sienta yo una presencia divina especial ni mucho menos. Después de todo, el Muro no es otra cosa que un trozo de la muralla perimetral del complejo que alguna vez, hace casi dos mil años, albergó el Segundo Templo.

El Muro es eso, un muro.

Pero el Muro es más que un muro.

El Muro es el corazón de la judería mundial. Es el punto central sobre el que gira la identidad de cada judío, los creyentes y los no.

El Muro es la representación física de la frase Am Israel Jai.

El Muro se va llenando. Venimos los que venimos a rezar siempre. Venimos los que nunca hemos venido. Venimos los que aquí vivimos. Venimos los que vivimos lejos.

Venimos y cantamos y rezamos y lloramos y celebramos y lamentamos y bailamos y …:

Venimos.

Desde los campos de la muerte, desde esas fábricas de tristeza y desolación, desde caminar por los senderos de la muerte, venimos.

Venimos.

Venimos a Israel. Llegamos a Israel. Estamos en Israel. Somos todos Israel.

Am Israel Jai.

Published by Alberto Mansur

For over 20 years he was a lawyer advising corporations, human rights and humanitarian aid non-profits, and foreign clandestine services. Only the Dead Know Peace is his debut novel for the English-speaking market. His first novel, LO QUE MATA NO ES LA BALA, was published in Mexico and named noir book of the year. He leads the US west coast chapter of a global humanitarian aid and disaster relief non-profit. He lives and surfs in California.

2 thoughts on “Diario de Marcha. Día ocho. Llegar a Israel.

  1. Amo Israel, pero porque tanta mentira, para desacreditar a AMLO ?… TAN BONITO QUE HABLA DE ISRAEL… Y TANTO ODIO HACIA UN HOMBRE !!

    1. No hay en mis textos una sola mentira, Julián. No la hay sobre Israel, no la hay sobre López y, creo yo, no son temas relacionados entre si.

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